“El Brahmajñana es la herencia del hombre y éste tiene derecho a ella. Si toma conciencia de ello y logra, por medio de sus esfuerzos, alcanzar el conocimiento de Brahman al seguir alguno de los métodos señalados, su camino por este mundo habrá sido provechoso.”
Sathya Sai Bab. Upanishad Kena
Compartimos la hermosa experiencia del Encuentro de Vedas en Córdoba.
En el Centro SAI BABA de Alta Córdoba, se siente la presencia amorosa de Sai. Swami nos recibió despertando el refugio del corazón. Cada detalle para el tan esperado encuentro fue realizado con excelencia en el servicio y con mucho amor.
El encuentro de Vedas nos convocó y fue una vibración constante de alegría y unidad. Los Vedas fueron entonados; la armonía y el estado de plenitud se experimentaba en cada uno. Aprendimos un mantra entre todos y nos asombró la velocidad de lo aprendido. Los bhajans nos llenaron el corazón y los brahma sutras, nos recordaron que el anhelo por conocer a brahman, declarando poder lograr la liberación, es la única meta. “Aquel que conoce a brahman, llega a ser brahman mismo”
y… para que recordemos a cada instante su Omnipresencia, nos regaló una “lila”: ¡Sai, perdóname!, no llegué a buscar las flores para el altar (expresó en su corazón una servidora del Centro de Córdoba)
Al día siguiente, una devota llega de Buenos Aires con algo en los brazos, muy envuelto y de dimensiones pequeñas. Eran las flores para Sai. Al desenvolver el “pequeño paquete” las flores se hacían cada vez más grandes. Y llenaron dos floreros.
Tan perfecto era todo, que se había decidido armar el altar con un mantel color lila y al ver las flores éstas eran blancas y lilas!!
Pero eso no fue todo…
Cuando le preguntamos a la divina devota, cómo había pasado el escaner del aeropuerto nos contó lo siguiente: Al pasar el escaner, me dijeron que tenía que mandar las flores a la bodega. Les dije – No!,
estas flores son para mi Madre. Y me dejaron pasar.
Nos siguió narrando lo que sigue: dentro del avión querían ponerlas con el equipaje en la parte superior, y les dijo: las voy a dejar en el asiento de al lado, por ahora…y el “por ahora” fue todo el viaje, nadie ocupó ese asiento, solo las flores de Sai.
Nos conmovió en lo más profundo esta fe inquebrantable en la Madre Sai, el amor y la risa nos llenaron de alegría.
Ver en Todo a Dios, cantar Su Gloria, recitar los sagrados Vedas y el encuentro de almas, fue el regalo más hermoso que pudimos recibir.
Gracias Sai, tu presencia nos envolvió como Madre Divina