Significado Namakam y Chamakam
La primera parte, el Capítulo 16 del Yajurveda, se conoce como Namakam debido al uso repetido de la palabra “Namo”.
La segunda parte, el Capítulo 18 del Yajurveda se conoce como Chamakam, debido al uso repetido de la palabra “Chame”.
El Rudram se divide en 11 secciones ó Anuvakas.
Namakam
En el primer Anuvaka, se le pide a Rudra cambiar Su expresión fiera y mantener a raya Sus armas y las de Sus seguidores. Habiendo sido pacificado, se le ruega que destruya los pecados de aquellos por los que se está cantando.
Además de ser un himno dedicado al Señor Shiva, el mantra contiene secretos ocultos en formato de código. Por ejemplo, los versos contienen instrucciones codificadas para preparar varios medicamentos ayurvédicos.
Este primer Anuvaka es cantado para destruir todos los pecados, lograr liderazgo y benevolencia divina, protección del hambre, liberación del miedo, obtención de alimento y protección de las vacas; para ahuyentar el temor prematuro a la muerte, el temor a los tigres, los ladrones, monstruos, demonios y diablos. También es entonado como un escudo (kavaca) para las fiebres virulentas, para curar enfermedades, para la absolución de estrellas malignas y mal karma, para la satisfacción de los deseos, la lluvia abundante, la protección de la familia, la bendición con hijos buenos, la protección en lo material y la destrucción de los enemigos.
En el segundo Anuvaka, se le ora a Rudra como aquel que trasmina la tierra y como el follaje verde y la herencia de hierbas medicinales. Se le pide que afloje los lazos del samsara (ilusión). Este Anuvaka es entonado para la destrucción de los enemigos, la posesión de riqueza, el conseguir un reino (un trabajo, empleo) y la posesión de inteligencia.
En el tercer Anuvaka, Rudra es descrito como el Señor de los ladrones que existe en todo. Él es el Sarvatma (el ‘sí mismo’ de todos). En este contexto, nosotros, los que no somos iluminados, hemos robado el status inmortal del Sí Mismo y lo hemos reemplazado con nuestra limitada concepción de ego; siendo Rudra quien venga y robe nuestra ignorancia, restaurándonos a nuestra posición natural de iluminación. Este Anuvaka se entona también para la curación de enfermedades.
En el cuarto Anuvaka, se describe de alguna manera Su Omnipresencia, al saludarlo en Aquel que está en la forma de lo Superior y también de lo fiero, en las multitudes y en sus líderes, en lo grande y en lo pequeño…
En el quinto Anuvaka, se alaba la existencia de Rudra en las aguas corrientes y se describen sus cinco actividades: creación del universo, preservación del mismo, destrucción en el momento del Pralaya, la servidumbre en la ignorancia y la liberación del moksha.
En el sexto Anuvaka, Rudra es identificado con el tiempo: Kalarupa. Se le describe como la fuente de distintos mundos, de los Shrutis (Vedas) y su esencia en el Vedanta.
El quinto y sexto Anuvakas se entonan para la expansión de los bienes de uno, la victoria sobre los enemigos, la bendición de un hijo con la estatura de Rudra, la desviación de las dificultades astrológicas y la protección de los hijos.
En el séptimo Anuvaka se describe su omni-saturante presencia en las aguas, la lluvia, las nubes, las tormentas y sus variadas formas. Este Anuvaka se entona en pro del incremento de la inteligencia, el mejoramiento de la salud, el dinero, la progenie, las vacas, los hijos, la educación, las tierras, la longevidad y obtener la liberación.
En el octavo Anuvaka, se describe a Rudra como Aquel que ilumina a otros Dioses y les confiere poderes. Se le ve como siempre presente en los ríos sagrados y como a Aquel que puede absolver de todos los pecados. Este Anuvaka se canta para la destrucción de enemigos y para conseguir tierras.
En el noveno Anuvaka, se celebra la fuerza y el poder de sus acólitos, porque ellos iluminan a los dioses y al mundo y controlan las fuerzas del universo. Este Anuvaka se entona para conseguir oro, una buena mujer, un trabajo o empleo y la bendición de un hijo que llegue a ser devoto del Señor Shiva.
En el décimo Anuvaka se le pide renovadamente a Rudra que abandone su furia y derrame benevolencia, exhibiendo su arco ‘Pinaka’ sin flechas, y que aparezca cubierto con su piel de tigre, con expresión agradable, pronto a derramar favores sobre sus devotos. Este Anuvaka se canta para lograr riqueza, curar enfermedades, eliminar temores, liberarse de la enemistad de gente poderosa, perderle el miedo a cualquier ser viviente, lograr la visión de Bhairava (Shiva en su aspecto más aterrador), ausencia de peligros, bendiciones y absolución de pecados.
En el décimo primer Anuvaka se procede a alabar profusamente los logros de Rudra y se invoca su benevolencia con saludos incondicionales. Este Anuvaka se entona para la bendición de los hijos, el recalcar la longevidad, la posibilidad de visitar lugares sagrados y la adquisición de conocimiento del pasado, el presente y el futuro.
Después de orar y de identificar a Rudra con todo en el Namakam, se recita el Chamakam, ¡en el cual el devoto se identifica con el Señor Shiva y le pide otorgarle todo!
Esta excelente plegaria está destinada al grueso de la gente y todo lo que se pudiera anhelar en el mundo está incluido en este ascenso al estado de Jñani para alcanzar Moksha, vale decir la felicidad eterna.
Chamakam
Chamakam asegura otorgar de todo lo que pidan, hasta de manera descarada. El Creador no hace distingos entre las cosas del mundo y del otro mundo. Ambos le pertenecen y el deseo surgido de la Virtud es realmente una manifestación de Divinidad y Dharma.
El Chamakam procura por entero el ideal de la felicidad humana y define los deseos en el más alto grado, en tanto que no delimita el pedir o el otorgar. También consta de 11 Anuvakas o secciones.
En el primer Anuvaka se ora por mantener en forma en el ser humano su vitalidad interna, y sanos y fuertes sus órganos sensoriales y mente; y por concederle una larga, apacible y feliz vejez.
El segundo Anuvaka ruega por distinción y liderazgo, sentido común, agudeza intelectual, capacidad para enfrentar circunstancias difíciles, elevación espiritual, esplendor y goce mundanos.
El tercero Anuvaka desarrolla una urgencia innata por Dios, vuelos meditativos y éxtasis espiritual. Servicio a la Divinidad y al género humano, y una condición en que el mundo le requiere y él quiere al mundo para elevarlo.
El cuarto Anuvaka asegura buenas condiciones físicas del cuerpo y la mejor alimentación y comodidad para él.
El quinto Anuvaka pide las Navaratnas, las nueve piedras preciosas, y a los animales para servir su interés y los mejores materiales calificados para sus rituales.
El sexto Anuvaka enfatiza la importancia de Indra como co-partícipe de las ofrendas a los demás dioses.
El séptimo Anuvaka detalla los instrumentos necesarios para algunos y los sacrificios en el ‘Homa Kunda’, el sitio para las ofrendas al Dios del fuego con Svahakara.
El noveno Anuvaka constituye la oración primordial que encierra el contenido de todos los Vedas.
El décimo Anuvaka invoca a todas las especies biológicas para que cooperen en la riqueza diaria y también en el fuego sacrificial. También encierra alturas espirituales superiores y lo convierte en un Jnana Yajna.
El décimo primer Anuvaka expone una larga lista de bendiciones que se piden para el número divino impar y la numeración par humana.
Las raíces del Chamakam están firmemente implantadas en los deseos mundanos y llevan finalmente al propósito Divino. Se reza a lo Divino que es inmortal, infinito que es causa de tierra y cielo, de espacio y tiempo, que renace después del final de todo y que es la deidad rectora.