“Samadhi es aquel estado de equilibrio intelectual en donde el individuo trasciende el mundo de la dualidad y experimenta la dicha de la comunión divina”.
Sri Sathya Sai Baba, Lluvias de verano Tomo 6 cap. 16, 1979
En el camino óctuple del Yoga sugerido por Patanjali en sus Yoga Sutras, las últimas tres etapas son las de Dharana, Dhyana y Samadhi. Por ende, el Dharana o el concentrar fijamente la mente en el objetivo deseado, precede al Dhyana, o meditación. Denota el fijar la mente en la meta del Dhyana y comprende los preparativos preliminares necesarios para la meditación.
Para la meditación uno habrá de adoptar una posición cómoda. La práctica común consiste en sentarse, con las piernas cruzadas y las manos en la posición del “chinmudra”, sobre una plancha de madera cubierta por una piel suave o una tela. Pero estos aspectos forman parte del paso de la concentración. El Dhyana comienza con la identificación gradual con el Señor y lleva hasta el Samadhi.
El Samadhi es el estado en el que la meditación logra su objetivo pleno. En este estado, el individuo se eleva por sobre el mundo objetivo de la realidad relativa, la identidad subjetiva de sí mismo e incluso la actividad misma en la que está inserta la meditación. El Samadhi no representa un estado de pérdida de la conciencia, ni significa tampoco retozar en medio de una excitación emocional. La palabra “Samadhi” misma es indicativa de su significado. “Sarna” es equilibrio y “dhi” es inteligencia. Samadhi es aquel estado de equilibrio intelectual en donde el individuo trasciende el mundo de la dualidad y experimenta la dicha de la comunión divina.-
Sri Sathya Sai Baba, Lluvias de verano Tomo 6 cap. 16, 31/12/1979
El Señor encarna como Hombre para ayudarle al hombre a comprender aquello que aparentemente no puede ser entendido y para permitirle alcanzar aquello que es aparentemente inalcanzable. Sin embargo, para esto, el Señor que es Infinito, Inmutable e Inmanente, no sufre mengua alguna. Tampoco, aunque esté encarnado en un marco humano, sufre la influencia de los defectos y vicios que afectan normalmente a un ser humano.
El mar es vasto e insondable. Sin embargo, para conocer el sabor del agua de mar uno no necesita beberse toda el agua del océano. Bastará con que saboree unas pocas gotas. De manera similar, aquel que puede entender, asimilar y experimentar al Señor en Forma Humana, habrá entendido, asimilado y experimentado también al Brahman Inmutable, Imperecedero y Sin Forma.
Para captar la importancia de la Encarnación Divina resulta imperativo que nos elevemos por encima de los gunas rajásico (pasión) y tamásico (indolencia). Sólo el Satva Guna (ecuanimidad) nos puede guiar por la Senda de la Devoción pura hasta los Pies de Loto de lo Divino. Para eliminar los dos primeros y fomentar una naturaleza sátvica, son esenciales un ambiente favorable y la compañía de gente buena.
La configuración mental de una persona puede juzgarse a través de la forma en que mantiene su entorno inmediato. Por ejemplo, una persona cuya habitación esté llena de fotografías de sus parientes, amigos y líderes políticos, podrá ser catalogada de inmediato como alguien dominado por el rajo guna. Será aquel que le atribuya una importancia desmedida a las relaciones humanas y que adore el poder y las riquezas mundanas, ignorando a Dios. Por otra parte, si la habitación está llena de fotografías desagradables u obscenas, el individuo será de naturaleza esencialmente tamásica. Estas dos categorías de hombres son indignas de seguir el sagrado camino de la meditación. Una tercera categoría, la de aquellos que tienen sus habitaciones llenas de imágenes y fotografías de Dios y de santos adornando los muros, convirtiéndolas en santuarios por así decir, son las personas sátvicas, las que son más aptas para dedicarse a la meditación.
Sri Sathya Sai Baba, Lluvias de verano Tomo 6 cap. 16, 31/12/1979
La Meditación en la Luz en Unidad Nacional es el 2° domingo de cada mes.
https://www.sathyasai.org.ar/objetivos-del-area-de-devocion/meditacion-en-la-luz/
Sugerimos tener como guía estas palabras de Swami (Discurso del 21 de noviembre de 1979) que, en Su infinita Bondad, nos van mostrando el camino paso a paso, conduciéndonos a la meditación para convertirnos en Encarnaciones de Amor, Paz y Felicidad.
Sus Divinos Pies de Loto
Área de Devoción, Consejo Central OSSSBA