Confíen en el Shiva (Dios) dentro suyo, no en el shava (cadáver) que el cuerpo es sin Él. Con cada respiración, atraigan Su gloria hacia su interiror; con cada respiración, exhalen todo aquello que la reduzca. Saturen su pensamiento, palabra y acción con la Divinidad. Luego, pueden conquistar a la muerte, y volverse inmortales. Reciten el nombre de Shiva y sálvense a sí mismos. Ustedes son verdaderamente la encarnación de la verdad, la bondad y la belleza. Pero han perdido la llave que les ayuda a abrir las fuentes. Dicha llave se encuentra en el reino de la consciencia; pero al igual que la anciana que ha perdido la aguja en su oscura choza, y la busca bajo la lámpara de la calle, porque como dice ella, había un parche de luz allí debajo, el hombre lo busca en la región de los objetos materiales del mundo exterior. Es para persuadirlos de que se comprometan en el Namasmarana, (la recordación del nombre de Dios), que Yo mismo concluyo Mis discursos cantando unas pocas namavalis (secuencia de nombres divinos). Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. (Divino Discurso del 29 de marzo de 1968).