Om Sai Ram!
DÍA 2
“Los primeros dieciséis años de esta vida han sido, como se los he dicho a menudo, el período en el cual predominaron los balaliilas o juegos de muchacho, y los siguientes dieciséis años serán dedicados mayormente a Mahimas o milagros a fin de dar felicidad (Santosha) a esta generación.”
Sathya Sai Baba, “Manasa bhajare“,1953.-
Del Libro “Fuera de Ti no hay refugio”, Smt. Vijayakumari , pág. 136 . “La cascada de los milagros”.-
“En 1948, el año nuevo llegó con la colorida gloria. Mientras esperábamos los saludos del año nuevo, llegó el cartero con una hermosa carta de Oro de nuestro Swami. Era una linda tarjeta con un precioso paisaje. Había anotado el nombre de cada uno de nosotros y, luego de hacernos llegar muchas bendiciones y buenos deseos en abundancia, nos pedía a todos ir a visitarlo pronto. Llegamos a sus pies el día diez. Nos comunicó todas las novedades. Un día después de terminado el Bhajan, nos sentamos a su alrededor para ensartar flores para hacer guirnaldas. Él también lo hacía con nosotras, ¡y ninguna de las señoras podía aventajarlo en destreza! ¿Habrá algún arte en el que no sobresalga? Sus guirnaldas eran especialmente gruesas y bellas. Se levantó de repente y dijo: “¡Vengan! ¡Vengan! La madre Ganga (el Ganges) viene a visitarnos”. Se paró cerca de la gran reja de la entrada principal. Después de abrirla, se paró en el centro con las manos extendidas y dijo: “Ustedes quédense atrás. Ninguno debe pasar ni un centímetro más allá de donde llegan mis manos extendidas. Miren. Ganga está llegando”.
Con gran ferocidad, con sus olas elevándose hacia el cielo, el río se acercaba a nosotros, rugiente y espumante, con un atronador ruido. Llegó hasta muy cerca. “¡Oh Dios! ¡Nos puede tragar!” Los niños estábamos aterrados. El río llegó muy cerca de Swami. Tocó el borde de su túnica… Salvo las rugientes aguas, no podíamos ver los árboles ni los arbustos que hasta entonces poblaban el lugar. Sai Maa extendió sus manos hacia adelante y tocó el río. La masa de agua bajo sus manos, se serenó de inmediato. Más allá de ellas, seguía aterrador y turbulento. Swami miró hacia nosotros y dijo:” vayan adentro y traigan flores, polvo de cúrcuma y kumkum”. Después de traerlo todo, se lo ofrecimos a la Diosa del río. Aún estábamos nerviosos. Swami partió los cocos y se los ofreció a la Madre Ganga, y manteniendo las palmas de Sus manos sobre la superficie del río, dijo: “Estamos felices de que hayas venido a visitarnos. ¡Ahora retrocede por favor, retrocede Ganga!”.
Mientras lo decía, palmoteó afectuosamente las olas con ambas manos. Como si se hubiera emocionado con Su suave toque, su furia amainó y las aguas retrocedieron por completo. Nos refregamos los ojos mirando incrédulos en todas direcciones: no se podía ver ni una gota de agua alrededor. No había rastros de agua en el suelo. La túnica de Swami también estaba seca. ¡Sorpresa! ¡Una inmensa sorpresa! Retrocedió tan rápidamente cómo había llegado. ¡Fue fantástico ver cómo el río se había detenido ante Swami, como si hubiera levantado un muro con sus olas! Estábamos confundidos. Como Swami seguía inmóvil, ¡nos preocupaba pensar que el río pudiese volver! El director de estos maravillosos Milagros soltó una carcajada y apuntó hacia Sus pies: ¡una guirnalda de grandes jazmines estaba enredada alrededor de Sus pequeños y lindos pies! La tomó en sus manos, la olió y distribuyó sus flores entre todos nosotros.
Cada flor de Jazmín era del tamaño de una rosa y, al tacto, más suave que el algodón. Su dulce fragancia muy pronto se difundió por todas partes. Apretamos reverentemente las flores contra nuestros párpados y luego no las prendimos en el pelo. ¡Por mucho que nos esforzamos, no pudimos entender este milagro!”
A Sus Divinos Pies de Loto
Área de Devoción, Consejo Central OSSSBA