“El control de los órganos sensoriales puede alcanzarse por medio de una práctica constante, invariable y sistemática”
“El conocimiento de los Vedas les permitió a nuestros antiguos filósofos hacer el bien y mantener a raya a la maldad. El Karmakanda o el capítulo sobre los rituales, consiste en mantras o conjuros espirituales. Debido a que estas ceremonias eran ritos que se efectuaban para obtener placeres mundanos, no podían otorgar el Atmananda o la pura Bienaventuranza del Alma. Sólo podían hacer resaltar los goces sensoriales y entregar placeres epicúreos, todos los cuales no son más que transitorios, intrínsecamente. La búsqueda de la bienaventuranza duradera del Alma, llevó a los antiguos sabios hacia la soledad de las selvas. Allí llevaron a cabo sus sacrificios y austeridades para lograr la Iluminación y la Liberación. Estos sabios comunicaron la Sabiduría Espiritual que les fuera revelada a través de las Upanishads. Se conoce como Upanishads a estas revelaciones místicas, porque lo acercan a uno a lo Divino.
Muchos consideran a las Upanishads como una porción final de los Vedas y, por eso, las designan en forma colectiva como el Vedanta, la esencia y cumbre del misticismo indio. Existe una relación íntima entre el Jñana (Sabiduría) y el vidya (educación). La educación puede convertirse en una ayuda para la sabiduría. La educación imparte una información que se conoce formalmente como conocimiento. La sabiduría constituye la espiritualización y la sublimación de este conocimiento. La educación real no habría de terminar sólo con la adquisición de conocimiento, sino que lo debiera transformar en sabiduría. La verdadera educación debiera llevar a la liberación del mundo del sufrimiento. En cambio, la educación moderna tiene un efecto paradojal sobre el individuo: lo ha conducido hacia un acrecentamiento de su pesar, en lugar de lograr su eliminación. En la misma proporción en que ha progresado la educación moderna, ha aumentado también el sufrimiento. Con la explosión educativa se ha incrementado enormemente la totalidad de la miseria en el mundo. La educación moderna no ha conducido hacia la redención del pesar del mundo. La causa para esta multiplicación del sufrimiento humano ha de ser buscada en la falta de fe del hombre en la unidad esencial que subyace a la multiplicidad fenoménica. El egotismo, la fuente del sufrimiento humano, es concomitante con el egoísmo, el cual se amplía y extiende hacia familiares y amigos y hacia las pertenencias personales. La combinación de ambos resulta en el apego a los evanescentes objetos del mundo.
La Sabiduría Espiritual constituye una experiencia inmediata e íntima de la Realidad Absoluta, Eterna y Divina. La Verdad no es sino una. Se vuelve falsa y autocontradictoria si abarca dicotomías y relatividades. El Universo no está compuesto por dos sustancias ontológicamente distintas.
“Brahman (Dios) es Verdad, Sabiduría y Eternidad”. La esencia de la Sabiduría Espiritual reside en la aprehensión y la experiencia de esta unicidad de Verdad, Sabiduría e Infinitud. Esta experiencia mística se puede lograr por medio del cultivo de la ecuanimidad, la cual es sinónimo del control de los órganos sensoriales.
El control de los órganos sensoriales puede alcanzarse por medio de una práctica constante, invariable y sistemática. Es un privilegio exclusivo del hombre llegar a vencer sus instintos naturales y cambiar sus hábitos. Son muchas las cosas que se le pueden enseñar a un tigre en el circo. No obstante, por naturaleza es un animal carnívoro y no se le podrá transformar jamás en un tierno animal herbívoro. Al sentir hambre, el tigre querrá carne. ¿Podrá comer “puries” (pan de harina, sal y agua característicos del norte de la India) en vez de carne alguna vez? Comer carne representa un instinto del tigre; no pueden ni pensar en uno que sea vegetariano. Los instintos no pueden cambiarse. Pueden alimentar a un gato exclusivamente con leche y natas, pero tan pronto vea un ratón, saltará sobre él y lo engullirá. Esto responde al instinto de los gatos.
El hombre posee la habilidad de aprender cosas nuevas y de transformarse a sí mismo. A diferencia de los animales, está dotado de una infinita capacidad de aprendizaje y puede convertirse en una persona mejor. Puede sublimar y refinar sus instintos y desechar sus hábitos malignos. Por su propio esfuerzo es capaz de lograr cualquier cosa.
No obstante, hoy en día nos topamos en todas partes con la inhumanidad del hombre frente al hombre. Vemos que ha perdido su capacidad para el Amor Puro y desinteresado. Si una hormiga se come un pedazo de azúcar de palma, no lo hará de manera egoísta. Llamará antes a todos sus congéneres hormigas y se lo comerá en su compañía. Una hormiga es instintivamente desinteresada. El hombre, en cambio, es egoísta en todas sus actividades. Parece ser naturalmente egoísta y de mentalidad estrecha.
Miramos con desprecio al cuervo. Cuando se acerca a nuestra casa, lo ahuyentamos a pedradas. Sin embargo, un cuervo nunca come solo. Es uno de los pájaros más gregarios. Cuando llega a encontrar un montón de arroz, invita a todos los demás cuervos y comparte el arroz con ellos. ¿Qué es lo que han leído las hormigas? ¿Qué títulos universitarios posee el cuervo? Cada ser humano habría de aprender la lección de amor mutuo y de cooperación que muestran hormigas y cuervos.
No sólo de pan vive el hombre. Vive del Alma. La devoción y la rendición, la entrega y no la codicia y el engaño habrían de constituir la base para la vida del hombre y hacer que florezca la Sabiduría Espiritual en su corazón.
También el control de los sentidos constituye una necesidad.
Para detener a un ómnibus o a un tren en marcha se requiere aplicar los frenos. Para ello, el conductor no tira sino de una pequeña palanca. Los órganos sensoriales del hombre trabajan a una tremenda velocidad. La terrible agitación a la que están sometidos nuestros órganos sensoriales puede ser calmada casi instantáneamente si llenamos nuestros corazones y mentes con compasión y sabiduría. Cada persona deberá cultivar la compasión universal y desarrollar un Amor Puro. Deberá abocarse a actividades que le complazcan al Señor, quien es un océano de compasión.”
Sathya Sai Baba, 1979, Impreso en castellano en Lluvias de verano Tomo 6 cap. 24
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VIDEOS con palabras de Swami sobre los Vedas
“Los Vedas son el aliento de Dios”
“El poder de los mantras védicos”
“Los Vedas, un regalo de Dios”
Video del Namakam (1ra. parte del mantra Sri Rudram) y Video del Chamakam (2da. parte del mantra supremo), con textos y significado en español en pantalla, recitado por Vedanarayanan