“Mi objetivo es el de establecer la unidad en el género humano y revelarles el aspecto de la Divinidad que es Brahman (Dios), la única meta a la que uno ha de aspirar.”
Sathya Sai Baba, Lluvias de verano Tomo 3 cap. 32
“Para nadie es posible reconocer el verdadero aspecto de Dios. Desde los tiempos remotos hasta los tiempos actuales, aunque Dios apareciera en medio de los hombres, no les ha sido posible a ellos experimentar y apreciar los verdaderos aspectos de Dios.
No hay límite alguno para mi poder. No hay razón alguna para que limite o confine mi poder y mi gracia a ningún lugar en especial. En mis manos se encuentran poderes ilimitados e ilimitada Gracia.
Mis pensamientos, mis Deseos Divinos y mis ideas dependen de cómo se comporten los devotos. Mi Gracia y mi deber son estar por completo a disposición, en beneficio de los devotos. Debido a que soy como un individuo común cuando hablo y juego con ustedes, mucha gente no entiende mi verdadera naturaleza. En este contexto, incluso gente con gran fuerza mental no es capaz de reconocer la verdadera naturaleza de este Sai ni la diferencia entre la apariencia externa y el real aspecto interno.
Mi objetivo es el de establecer la unidad en el género humano y revelarles el aspecto de la Divinidad que es Brahman (Dios), la única meta a la que uno ha de aspirar.
También es mi deber hacerles realizar el tipo de relación que debiera existir entre un hombre y otro y establecer que el aspecto de la Divinidad se encuentra presente y latente en todos los seres humanos.”
Sathya Sai Baba, Lluvias de verano Tomo 3 cap. 32
“Los milagros despiertan en mí la misma sensación que podría tener un elefante cuando se le para un mosquito en el lomo. Ellos no ocupan más que un lugar insignificante en mi totalidad. A veces siento ganas de reírme de la ignorancia de la gente, cuando le asigna importancia a mis milagros. Hablan de estas pequeñas cosas y se olvidan del aspecto tanto mayor que hay en mí. La más sagrada de las cualidades que hay en mí es el Amor. Este Amor es inconmensurable. Por mucho que alguien trate, jamás logrará una medida del alcance de mi Amor. Nunca podrá ser medido ni realizado. Sólo aquellos que han reconocido la existencia de este Amor en mí, pueden atisbar la idea de lo que soy.”
Sathya Sai Baba, Lluvias de verano Tomo 3 cap. 32
“En la práctica de repetir el Nombre Divino, meditar o recordar al Señor, no hay posibilidad de caídas o cualquier otro peligro. Por tanto, repitan el Nombre sin cesar y sin claudicar. Por medio del Nombre, se desarrolla Amor (Prema); a través del Amor, se puede practicar la meditación del Señor. Si el Amor está hondamente arraigado en nosotros, el Señor, que está compuesto de Prema (Amor) se vuelve nuestro. No importa cuántos caminos existan para realizar al Señor, no hay ninguno que sea tan fácil como éste.” Sobre la Meditacion (Dhyana Vahini) cap. 6
ILUMINANDO EL CAMINO HACIA DIOS. – Del Libro “Buscando a la Divinidad” Dr. John Hislop pág. 211.-
Swami nos cuenta otra historia para ilustrar precisamente lo que se obtendrá con la repetición del nombre de Dios. Cierta vez, un viajero llegó de noche a la selva, justamente cuando estaba declinando el día. Necesitaba continuar su viaje a través de esa oscura selva, pero le tenía mucho miedo. Todo cuanto llevaba era una pequeña linterna que apenas alumbraba el sendero hasta un metro de distancia.
Desesperado, se sentó al pie de un árbol y comenzó a llorar, debido a su miedo e incertidumbre. ¿Cómo podría abrirse paso en esa selva llena de peligros, únicamente con esa pequeña linterna que alumbraba sólo un metro del camino? Poco después apareció un grupo de viajeros que venían en otra dirección y viendo a ese hombre sentado bajo el árbol llorando acongojado, se le acercaron y le preguntaron: “Señor ¿porque está usted llorando? El respondió: “Tengo que atravesar esta selva oscura y sólo cuento con esta linterna que apenas alumbra un metro del camino”. Le respondieron: “Pero señor, si tuviera una linterna que alumbrara solamente a sesenta centímetros, sería suficiente para cruzar está selva. Debe tener la linterna en la mano y avanzar para salir de ella.
Esa selva oscura simboliza todas las experiencias de esta vida que debimos haber pasado entre este momento y aquel otro en que nos llega la muerte. Esa linterna es el pequeño nombre de Dios. Sí llevamos siempre con nosotros el pequeño Nombre de Dios; y además recorremos valientemente los caminos de la vida realizando los deberes que debemos cumplir, la luz de ese pequeño Nombre de Dios nos llevará sanos y salvos a través de esta oscura selva hasta el otro lado: a la paz y a la felicidad, a la liberación del nacimiento y renacimiento. Swami nos asegura que es así.
“Es mi esperanza que desarrollen la confianza en sí mismos, que fortalezcan su fe en la Divinidad y que lleven a cabo sus deberes diarios con un espíritu de entrega absoluta. Del mismo modo en que resulta superfluo utilizar una linterna para ver la Luna, puesto que se la puede visualizar gracias a su propia luz, Dios, la personificación del Amor, es percibido únicamente a través del Amor. Por ende, para que le podamos realizar, habremos de enriquecer nuestros corazones con Amor Divino.” Lluvias de verano Tomo 6 cap. 25 1979.-
A Sus Divinos Pies de Loto
Área de Devoción, Consejo Central OSSSBA